
IA: El nuevo competidor empresarial según Yuval Noah Harari
- Indira Bustamante
- junio 23, 2025
- Tecnología
- Inteligencia Artificial, Tecnología
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La inteligencia artificial (IA) no es una herramienta más, sino un agente autónomo capaz de tomar decisiones, innovar y competir con la humanidad, afirmó Yuval Noah Harari. El historiador y autor de Sapiens destacó que la IA podría revolucionar sectores como las finanzas, generar riesgos de desigualdad masiva y desafiar a los líderes empresariales a alinear esta tecnología con objetivos humanos, todo mientras se enfrentan a una carrera global por su dominio.
Harari enfatizó que la IA se distingue de invenciones como la imprenta o la energía nuclear por su capacidad de actuar de forma independiente.
“Un sistema de IA puede decidir qué atacar, o incluso diseñar la próxima generación de tecnología por sí mismo”, explicó. Esta autonomía complica los esfuerzos por garantizar que la IA sirva a los intereses humanos.
Programar valores fijos es insuficiente, ya que la IA, por definición, evoluciona de manera impredecible. Harari comparó su desarrollo con la educación de un niño: “Si un líder miente, pero espera que la IA sea honesta, esta copiará el comportamiento, no las instrucciones”. Los ejecutivos, afirmó, deben modelar la ética que desean ver en la IA.
Transformación del panorama empresarial
El impacto de la IA en los negocios será profundo, especialmente en las finanzas, donde su capacidad para procesar datos puros la hace ideal. “La IA podría crear instrumentos financieros tan complejos que los humanos no podrán comprenderlos”, predijo Harari.
Aunque algunos líderes presentes reportaron un impacto moderado de la IA hasta ahora, Harari comparó su evolución con la Revolución Industrial, sugiriendo que los efectos disruptivos—incluyendo cambios en la economía, la geopolítica y la fuerza laboral—se manifestarán en los próximos años. Las empresas que no se adapten corren el riesgo de quedarse atrás en un mercado dominado por agentes inteligentes.
IA y el futuro de la autoridad
Harari también señaló que la IA podría redefinir sectores inesperados, como la religión basada en textos. Con la capacidad de analizar cada palabra de escrituras sagradas, la IA podría superar a los líderes religiosos humanos en conocimiento textual. “Por primera vez, existe algo que puede recordar cada escrito de cada rabino en 2,000 años”, dijo. Este avance ya impulsa proyectos para desarrollar IA que complemente o reemplace autoridades religiosas. En el ámbito empresarial, la IA ya se utiliza para asesoramiento psicológico y gestión de relaciones, indicando un cambio en cómo las organizaciones abordan el bienestar de los empleados.
Un desafío clave es el potencial de la IA para desplazar empleos, creando lo que Harari llamó una “clase inútil”. Esto afecta no solo a trabajos manuales, sino también a roles de cuello blanco, lo que eleva la urgencia de estrategias de mitigación. Aunque la IA ofrece oportunidades de innovación, su despliegue requiere decisiones estratégicas.
“La misma tecnología puede construir democracias o regímenes totalitarios”, afirmó Harari, subrayando que el resultado depende de las elecciones de los líderes. Sin embargo, la carrera global por el liderazgo en IA—entre empresas y países—dificulta priorizar la seguridad y la equidad, ya que nadie quiere ceder ventaja competitiva.
Interrogado sobre cómo las empresas pueden fomentar un futuro productivo, Harari identificó la erosión de la confianza como un obstáculo crítico. “Una competencia feroz entre humanos generará IA poco confiable”, advirtió. Propuso que las organizaciones inviertan en reconstruir la confianza interna y externa antes de delegar soluciones a la IA. “Primero resolvamos los problemas humanos de cooperación, luego podremos desarrollar IA que beneficie a todos”, dijo. Las empresas que cultiven culturas de transparencia y colaboración estarán mejor posicionadas para liderar en la era de la IA.
Un ecosistema de IA múltiples
Harari descartó la idea de una IA monolítica, anticipando un ecosistema de millones de agentes compitiendo en finanzas, defensa y más. Esta fragmentación hace que el futuro sea impredecible, ya que no hay precedentes de una sociedad impulsada por IA. Comparó la llegada de estos agentes con “inmigrantes digitales” que transformarán mercados y culturas a una velocidad sin precedentes. Las empresas deben prepararse para un entorno donde la IA no solo compite con humanos, sino también entre sí, redefiniendo las dinámicas de poder.
En una conversación con el The Wall Street Journal’s Leadership Institute, Harari dejó claro que la IA representa tanto una oportunidad como un riesgo existencial para los negocios. Los líderes empresariales tienen la responsabilidad de guiar su desarrollo con visión estratégica, priorizando la ética, la confianza y la adaptación. Como afirmó Harari, “aún tenemos control sobre cómo desplegamos esta tecnología.” Las empresas que actúen con decisión hoy definirán el éxito en un futuro impulsado por la IA.